21 abr 2014

RAFA BALBUENA EN EL CLUB DE PRENSA

Aqui os presentamos una pequeña entrevista al gran Rafa Balbuena, periodista, escritor, melomano...... que nos deleitará el 22 de Mayo en el Club de Prensa Asturina con una charla/presentación del rally que promete y mucho:



1º)Para los que no te conozcan, cuéntanos, ¿Quien es Rafa Balbuena?

R – Errch! Esta pregunta es muy difícil responderla y quedar bien, pero bueno, por intentarlo, que no quede. Pues soy... yo mismo. En lo que –creo- pueda interesar a los lectores de tu blog, soy un tipo que escribe, o mejor un cultureta de medio pelo –nunca mejor dicho- que se dedica profesionalmente al periodismo. Además de melómano empedernido desde hace lustros, claro... y hasta cierto punto, también soy ex miembro de la ‘In Crowd, aunque de eso hace muuuuchíiisimo tiempo (aunque ya se sabe que esta clase de pasiones son dificilillas de abandonar del todo: unos cuantos que estáis leyendo esto sabéis PERFECTAMENTE y en primera persona lo que quiero decir. ¿O no?)

) ¿ Con que nos vamos a encontrar el 22 de mayo en el Club de Prensa Asturiana?
R – ¡¡¡Ay, amigo, si yo tuviera respuesta para esa clase de preguntas, ahora mismo estaría dando clases de Filosofía en París!!!! Dicho esto, espero que esa tarde nos veamos los caretos unos cuantos tipos con unos gustos estéticos y musicales más o menos afines. Y es que aparte de lo del scooterismo, que es un mundo del que tengo que confesar que nunca he formado parte (¡lo he dicho!) no nos engañemos: es la música, junto cierto sentido nostálgico (en dosis muy moderadas, por favor), lo que mantiene en activo esta clase de escenas, sociedades o clubes.

3º) la verdad es que a veces resulta interesante y curioso mirar atrás, ¿Qué ha cambiado?, ¿juventud y esencia frente a madurez y eclecticismo?, ¿evolución natural?
R- A poco que mires para atrás, hasta un ciego puede ver que todo cambia, empezando por cada uno de nosotros. Es lógico, y pretender lo contrario (quedarse igual que 10, 20 o 30 años atrás) suele llevar aparejados unos resultados lamentables. Yo aún diría más: queda simplemente pa-té-ti-co. Respecto a esa especie de ¿confrontación? entre juventud y madurez, ¿te acuerdas de aquella discusión a gran escala que hablaba de ‘mods abiertos contra mods cerrados’?. Era un debate estéril cuyo fondo aún no tengo claro, pero que me suena parecido a esto de lo que hablamos. Porque entre los mods y sus escenas satélites, igual que en cualquier otro ámbito, siempre hubo, hay y habrá jóvenes de madurez incontestable, y también unos cuantos abueletes dignos de tirar de un carro. Pero tampoco hace falta insistir mucho en que ciertos personajes emblemáticos (llámalos como quieras, todos sabemos quiénes son) mantienen con elegancia belmontina la esencia del modernismo sin dejar de ser eclécticos. Más que nada, porque la mezcla y la evolución, pese a quien pese, son dos constantes de lo mod desde los días iniciales del Soho. Y es que amigo, pretender “estudiar” todo aquello a base de prejuicios, dogmas y quimeras inamovibles, para luego ir dictando normas en pro de una supuesta ortodoxia es... penoso. Y no digamos si los que las siguen a rajatabla somos los que estamos ya en nuestros 40. La línea que separa la elegancia del disfraz llega a ser, muchas veces, demasiado fina.

) Lo cierto es que la noche actual en general es mas ecléctica que la de hace veinte años ¿ se echan de menos locales más auténticos como “La Caverna” “El channel”, “ Monster”, “movie”...
R – Hombre, casi siempre se habla en términos bastante apocalípticos sobre la noche actual, pero por lo que me toca –algunos no salimos ni la mitad que antes, ¿eh?- la veo igual de animalizada que entonces. Vale, ahora luce mucho parecer malote y duro cuando sales por ahí, viendo la cantidad de clones de Van Damme y Nacho Vidal que pululan por el Oviedo antiguo cada fin de semana, y todo el mundo rebuzna presumiendo de cuánto se mete por la napia de esto, de lo otro y lo de más allá del Atlántico. Pero también veo menos “ghettos” de cuatro paredes que a principios de los 90, al menos en cuanto a que las distintas –y cada vez más escasas- “sensibilidades” estéticas tienden a mezclarse sin intercambiar gestos de simios en celo. No sé si hace veinte años existía algo que pudiera llamarse “autenticidad”, pero de aquella, entrar en alguno de esos bares que mencionas –y también en muchos otros- con el atuendo equivocado y a la hora equivocada, podía ser muy divertido... si es que te gustaba el riesgo, eras rápido de reflejos y no llevabas mucho alcohol en sangre, claro. Porque, que yo recuerde, no se consideraba demasiado elegante llevar una camiseta de Guns’n Roses entre los asiduos del Movie, como tampoco era muy cortés decir a gritos cosas del tipo “los Pixies son una mariconada” en el Monster. Ya sabes: primero unas cuantas miraditas torcidas, acompañadas a renglón seguido de un mal rollo palpable, para continuar con un par de empujones marrulleros y la clásica mención subida de tono sobre la madre de no se quién. De repente, alguien parece bailar un poco más alocadamente, la música baja de volumen, y se oye a uno gritar “esperar, esperar, quietos que vamos a hablar todos tranquilamente. TRANQUILAMENTE, ¿VALE?”. Y al final, lo de siempre... Esa forma de ir así por la vida – que todo sea dicho, sigue vigente-, no es la más apta para generar fraternal armonía, pero menos aún con el sectarismo que, durante bastante tiempo, imperó en ciertos locales de la noche ovetense. Todo hay que decirlo, hay dos bares de los que mencionas, ambos de añorado recuerdo, que siempre fueron a la contra de actitudes del tipo “aquí no mola esta clase de gente”, y donde podías lucir las pintas que te diese la gana sin que a nadie te mirase raro: El Chanel, gracias en gran parte a la apertura de miras y los gustos inclasificables de Poty, su jovial, fogoso y un tanto excéntrico discjockey. Y por supuesto La Caverna, que pese a su clara querencia por lo ‘sixties’ reunía una clientela abierta a muchas otras clases de sonidos y estéticas. Creo que yo mismo “abandoné para siempre” la militancia mod – si realmente lo fui alguna vez- entre sus paredes. En todo caso, no podemos olvidar otro garito emblemático como el Berlín. La enorme pena que supuso el fallecimiento de Viti, su propietario, por culpa de un absurdo accidente doméstico, acabó con la magia del local, que cerró sus puertas para siempre de la peor manera. Pero nos queda el recuerdo. Igual que del Fun House, La Gran’Ja!, el Noche y Media, el Blackberry... Había de todo, bueno, regular y horrible, pero fue lo que nos tocó... Y en realidad, no estuvo nada mal.
5º) Tu que eres de los tiempos de los garitos como sitio de reunión, fanzines, vinilos, ¿como ves estos tiempos en los que todo está a golpe de un “click”?
R - Pues estos tiempos, como siempre, son una mierda pinchada en un palo en muchos aspectos... pero en otros están bastante bien, para qué engañarnos. Con un poco de criterio, hoy recopilas sin moverte de la silla auténticas montañas de información fidedigna, escrita o gráfica, en cantidades capaces de aburrir a las piedras. O conseguir “por la jeró” grabaciones antes inencontrables, que sólo llegaban por valija diplomática y por las que había que desembolsar fortunas en reales de vellón. Aunque también es verdad que conseguir a golpe de ratón gran parte de aquellos sueños húmedos, quizá por el ansia acumulada y el exceso de deseo – o porque ya no requiere esfuerzo hacerte con ellas-, es una “emoción” que hoy suele impactar bastante menos. Y hombre, claro que se echan de menos algunas tiendas de discos que cerraron por la bajada de ventas. No a todas, por supuesto, porque había algunas que.... buajjj!!!! Además, poder escarbar entre las cubetas y encontrar algunos de esos deseados trastos redondos que contienen música sigue siendo una cosa indescriptible. Vamos a ser sinceros: todo el mundo usa Internet para bajarse música, Ramoncines, Victormanueles y Chenoas incluidos, y la de desplazarse a una tienda y pagar por la música, incluso en estos ambientes nuestros tan selectos (modo irónico en posición ‘on’), es una costumbre en EN TOTAL RETROCESO para los que todavía compramos algo. No vamos a ser hipócritas y negarlo, porque a la crisis de la industria discográfica la hemos alimentado TODOS-TODOS-TODOS. Aun así, eso de encontrarte ciertos discos y no emocionarse al verlos (es decir, no soltar la pasta), suele ser una tentación muy, muy, muy difícil de resistir. ¿Mesplicobien?

6º) Como valoras esta iniciativa del Clandestino Scooter Club?
R- Pues me parece muy bien, naturalmente. ¿Qué es, que no se nota, con todas esta parrafadas que estoy soltando? Ah, que estás preguntando por los invitados, el programa de actos, la ruta scooterista, los conciertos... perdón, perdón. Bueno, pues eso, que muy bien... y creo que sólo por la posibilidad tener por aquí en directo a los fabulosos Pepper Pots ya valdría la pena, ¿no?. Pues hala, ¡todo el mundo a la Santa el próximo 24! (De mayo, para los más despistados)

7º) Carta Blanca.
¿Apetece una arenga a mayor gloria de sccoteristas, mods y neoestilistas?. Pues vamos allá: “Mejor quedarnos sordos por escuchar música a todo volumen que ponernos ciegos de estupidez viendo ‘Sálvame de Luxe’. Es preferible estar a la primera moda que a la última, si eso significa no vegetar entre profetas del borreguismo de diseño masivo y desechos una sociedad abocada al mal gusto. Y si el futuro es para chonis de extrarradio y peloceniceros en chándal como único referente estético, difundamos el virus del northern soul hasta el fin de la noche: no habrá futuro para ellos, puede que tampoco para nosotros... y aunque al final moriremos, seguro que no será de aburrimiento”.
¿Vale? ¿Es suficiente? Me alegro, así que entonces ¿qué tal si vamos a tomar algo?

Rafa Balbuena, genio y figura!!!

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